La guerrera sin escudo II

La guerrera sin escudo II

 
 
 Inicia una nueva pareja, comienza a ver a su hijo con regularidad. Su nueva compañera casi se lo exige, y él cumple, no siempre de buena gana. Le presta poca atención al deber de padre. Cuando por fin se acerca a su hijo es dictatorial, tiránico, autoritario …
 
Esta nueva mujer es atractiva , y él se siente dividido, por un lado la belleza de ella le da notoriedad, por otro , es competencia. Y ahora está también su hijito, un niño pequeño , muy lindo y simpático. Los tres, conforman una buena tapa de revista.
 
A Antonio le ofrecen un trabajo nuevo, que aumentará su popularidad, le exigen tomar unas clases de actuación,  ya que desempeñará un papel en un corto publicitario. No tolera que le enseñen o le digan como hacerlo, pues esto le hace sentirse inferior. ¡Cómo si no bastara su porte y belleza! , se dice a sí mismo.
 
Mientras, con altibajos, su relación amorosa continúa. Sus exigencias para con la novia van en aumento. Decide su vestimenta o hace una escena cuando ella ha escogido aquello que él no deseaba.  Siempre quiere se hagan las cosas como él las ve o cree que deben ser.
 


Para ella es una novedad lo que vivencia con Antonio. Al principio le pareció seguro, decidido, galante, hasta que se dio cuenta que era terco, dominante e inseguro. A pesar de ello, y para no sentirse una fracasada decidió darse una oportunidad. No tenía cabeza para pensar en la relación o para terminarla, pues sabía que él daría una dura batalla. Además, recientemente había conseguido un puesto de importancia, era lo que siempre había deseado, y no quería fallarse.
 
Ante este nuevo giro en su vida, deja que Antonio, decida y haga , sin demasiada oposición, pues no tiene energía para pelear. Se engaña pensando que cuando esté más distendida podrán hablarlo y llegarán a un acuerdo.
 
Cada día Antonio está más exigente e irritable. Es imposible convencerlo de algo, y se torna difícil de que  entienda otras razones o puntos de vista. Nunca se da por vencido con ella,  la llama al trabajo, a la casa de los padres, al móvil. La espera , vuelve a llamarla y  le hace una conferencia telefónica, en la que nunca se ponen de acuerdo. Ella, que trabaja muchas horas, y está cansada, termina diciendo que sí a casi cualquier cosa. Luego, ocurre lo esperable, como no estaba convencida y casi no lo ha escuchado, no hará lo que él quiere. Y allí sí , tendrá lugar una escena ,  aún en medio de la calle, en su lugar de trabajo o ante los vecinos o parientes. Con gritos , con insultos. Con desprestigio y desvalorización.
 
Con el tiempo, salen solos o no lo hacen. Pues de muchas reuniones han  terminado marchándose intempestivamente, ante los cambios de humor de Antonio. En otras oportunidades, es ella la que prefiere marcharse, por vergüenza, como cuando Antonio desvalorizó el arte en la reunión de especialistas. Se desubica cada vez que cree que no es tenido en cuenta, cuando deja de ser centro, cuando no es atendido tanto como desea. Entonces se enoja y lo hace saber.
 
 
 
 
Continúa.
 
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