El ser que llegaré a Ser, habita el futuro y el presente. Cuanto mayor sea mi comunicación hoy en mi presente, con ese ser en el cual me convertiré, mayores son mis posibilidades de encontrarlo en ese futuro próximo.
Ese Ser es lo que llamo mi ser superior, ese que ya habita en mí, pero que aún no le puedo dar espacio consciente en forma permanente en lo que llamo esta vida. Por ello, cuanto mayor es mi voluntad de comunicarme y compartir con él, mayor es la posibilidad de que acaezca en el futuro.
Su manifestación siempre es sutil, es una voz calma que no me altera, una intuición, una visión o una certeza. Para que el ser superior se aproxime, debe atravesar la brecha de su propio espacio tiempo y del nuestro, utilizando esa línea que le permite pasar momentáneamente.
¿Cómo sé que es mí ser superior? Porque no interfiere en mi vida, solo se muestra sutilmente y siempre trae bienestar. A diferencia de lo que ocurre, cuando otros seres atraviesan la brecha y desean pasar como si fueran superiores, ellos sí interfieren, trayendo confusión, desconsuelo y desequilibrio.
Ese ser superior que habita ya en nosotros no interfiere, pues conoce la necesidad de la evolución para captar su esencia. Su accionar no haría que nosotros llegáramos más rápido a su encuentro, sino que muchas veces nos desviaría del camino.